Travesía por la Ruta 40: textiles, tintes y memorias en El Colte (Seclantas - Salta)
Viajar por la Ruta Nacional 40 siempre me entusiasma. No se trata solo del paisaje —que ya de por sí es imponente—, sino de la experiencia completa. Esta ruta emblemática, la más larga de América y una de las más extensas del mundo, se despliega paralela a los Andes durante 5224 km, atravesando geografías y culturas. En esta ocasión, fuimos hasta el paraje El Colte, en la provincia de Salta donde viven las familias de artesanos que tejen nuestras mantas y ruanas.
Encuentro con Marcela y su familia de artesanos
Llegamos un viernes. Nos esperaba Marcela, junto a su familia, todos artesanos. Esta vez tuvimos el privilegio de compartir más tiempo con ellos. Charlamos largo sobre nuestros proyectos textiles, soñamos juntas nuevas tramas y colores para futuras piezas.
Mientras tanto, su marido nos preparaba el almuerzo: churrasquitos con ensalada, una comida riquísima y cargada de afecto, que acompañó nuestra charla.
Tintes naturales y saberes ancestrales
Más tarde, fuimos a visitar a Anicia, amiga de Marcela y ceramista. Su casa está al pie de la montaña, rodeada de cactus. Detrás de su vivienda crecen algunos con cochinilla tintórea, ese pequeño insecto que guarda uno de los secretos mejor valorados en el mundo del teñido natural.
Marcela me mostró cómo utiliza la cochinilla para teñir y compartió los saberes transmitidos de generación en generación.
Paisaje y silencio: un lugar que colma los sentidos
Respirar el aire seco de montaña, observar las casas de adobe con galerías y patios amplios dispersos entre los cerros ... donde todo tiene una calma particular. Es un lugar que colma los sentidos, donde cada rincón parece guardar una historia. Estamos cerca de las márgenes del río Calchaquí, y se siente la energía de la tierra y de quienes la habitan.
Finca Encantada, gastronomía local y una laguna llena de misterio
Durante esta estadía nos alojamos en el Hospedaje Finca Encantada, un lugar con vistas imponentes al valle y un cielo estrellado que emociona. Allí conocimos a Candelaria y su compañero, quienes recientemente abrieron Tinte cocina y café, un pequeño restaurante gourmet que fusiona sabores locales con creatividad.
Uno de los momentos más especiales del viaje fue la llegada a la misteriosa laguna de Brealito, un lugar lleno de relatos e historias que alimentan la imaginación y despiertan la curiosidad.
Una experiencia que se teje con personas, colores y paisajes
Este viaje fue mucho más que una travesía geográfica. Fue un encuentro con personas que conservan y reinventan tradiciones, con oficios que se transmiten en silencio, con colores que nacen de la tierra, y con paisajes que transforman.
Pronto volveré!